El arquetipo de la Mujer Salvaje reside en las entrañas, no en la cabeza. Puede rastrear y convocar, repeler. Percibir, enmascarar , amar profundamente. Es intuitiva. Es lo que pertenece al instinto, a los mundos tanto visibles como ocultos . Ella es intuición, es capaz de ver claramente a distancia, es capaz de escuchar a profundidad, es de corazón leal. Alienta a los humanos a permanecer hábiles en los sueños, la pasión y la poesía. Ella es la voz que dice por aquí, por aquí
10.10.2013
POEMAS de El cuerpo sitiado Bajo el signo de la voz
Níger Madrigal: literaria
1
Soy yo
el más gris de tus hijos,
arrimado a la espalda de tu plática
que me trajo el mar antes de verlo.
Soy el que sin saber nadar cayó al abismo
y respiró después de ahogado
lleno de peces, invenciones, artimañas
y un temblor de fiebre entre los dientes.
Soy el más oscuro entre la selva exuberante de tu boca
donde siempre hubo duendes escondiendo mi asombro.
2
¿Cómo escapo a tu palabra insomne y amorosa
si un acento persistente llega desde tus labios
dentro de una tempestad magnífica?
Mi madre dice que no te ama,
aunque siempre te escucha dentro de una enredadera tenaz
sembrada en tierra advenediza como un cáncer.
Es media noche y todo zumba,
hay un trapecio en la oscurana
donde tu voz se mece y luego salta.
3
Hay un grupo de inmensos árboles emergiendo de la niebla,
bordean el camino de tu voz desde hace un siglo.
Ante tal contundencia el amanecer está indefenso.
Cae una sílaba parecida a un pájaro recién nacido que intenta volar,
hay por todas partes nidos de sílabas tiernas
que mojan tus labios dentro de una plática frutal.
4
El signo de tu voz está en un fruto de verano,
es almíbar oloroso que tiende puentes
hacia historias de amores postergados.
Alguien muerde el día como al corazón blanco de una pitajaya
y reposan frases dulces en tu letargo.
se dispersa la mañana con los sollozos de un ángel
y se persiguen dentro del sueño fulgores de astros
ante una confesión atesorada.
5
Al borde del amanecer tu silencio enselvado resplandece
debajo de gigantescas nubes negras que desfilan.
Hemos permanecido solos las últimas horas de la noche,
frente a frente, rodeados del zumbido inconfundible de la maleza,
en el territorio de los signos infinitos
que congregados silencian al mundo.
Hemos estudiado durante largos minutos
la expresión hosca en nuestros rostros
sin una sola palabra en los labios que nos reviva,
que nos regrese del precipicio de la duda en que caímos.
Publicado por Níger Garcia en 20:48
Obra; Florencia Mittelbach
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario